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Unidad de Asistencia Técnica capacitará a 50 dirigentes sociales como monitores de salud mental

En el marco de la implementación de un proyecto del Servicio de Salud Talcahuano (SST), la Unidad de Asistencia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción (ATEC) capacitará a cincuenta dirigentes/as sociales de la jurisdicción en materias de salud mental, con el objetivo de transformarlos en agentes comunitarios que apoyen y promuevan la inclusión social de usuarios/as de Salud Mental en sus comunidades.

Este curso, llamado “Escuela para dirigentes y dirigentas en salud: Árbol de la Salud Integral”, tiene una duración de 32 horas cronológicas y se desarrollará en 8 sesiones de trabajo los días sábados según disponibilidad de tiempo de los y las estudiantes. Asimismo, los y las agentes contarán con una jornada de 4 horas para preparar y coordinar la réplica de la escuela en sus organizaciones de base. Posteriormente, se efectuará una jornada de presentación de las actividades de réplicas, donde asistirán docentes a cargo y referentes técnicos.

La capacitación que realizará ATEC abordará distintas aristas de la salud mental, que les permitan a los dirigentes ser agentes de cambio en materia de inclusión y promotores del respeto por los derechos de los usuarios.

“El principal objetivo del proyecto es poder formar a agentes comunitarios en salud, que van a complementar la labor clínica de los distintos dispositivos de salud mental. La idea es poder aportar a los procesos de inclusión social de los usuarios y usuarias de salud mental, ya que esa es una de las problemáticas que observaba el Servicio de Salud de Talcahuano. Los usuarias y usuarios tenían un buen recorrido en los centros, pero a la hora de reinsertarse socialmente no contaban con el apoyo de su familia y el apoyo social de la comunidad tras salir de los centros”, indicó Camila Ortiz, coordinadora logística del proyecto.

En relación a la metodología de trabajo, la psicóloga sostuvo que “hay clases expositivas y otras que son más prácticas. Nosotros trabajamos una metodología mixta. Pero también vamos a tener, al final del curso, una etapa en la que se aplicarán los contenidos en una réplica o actividad comunitaria.  La idea es que las 50 dirigentas apliquen las herramientas que aprendieron en este curso en una actividad en sus espacios de hogar y en equipos distribuidos en distintas comunas”.

Por último, Ortiz destacó la importancia de este proyecto y reveló que “mis expectativas son bien altas porque yo empecé a trabajar en este proyecto antes, cuando realizaba mi práctica profesional en la Unidad de Participación Social y Comunicaciones del Servicio de Salud de Talcahuano. Yo compartí con el grupo que trabaja en este proyecto y ayudé en su diseño cuando hacía mi práctica en psicología comunitaria. Ahora me toca estar desde la universidad ejecutando el proyecto y me motiva bastante porque el tema de la salud mental no se trabajaba tanto en procesos participativos. Las dirigentas me comentaban que, por lo menos, hace siete años no salía un proyecto en salud mental y que este nuevo foco que se le está dando –que involucra una profunda mirada a los derechos humanos – es toda una novedad. Gracias a eso tuvimos una gran participación e incluso tuvimos interesados en lista de espera. Nosotros estamos contentos y esperamos responder a todas las necesidades”.

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